02 agosto 2006

Habitaciones

luz
ruido de aspersores
despertador azul
tú en el espejo naranja desde la cama
sábana con sudor
hay una mariposa negra en la pared
armarios caóticos en estado de mudanza inminente
el cajón de la ropa interior me resulta extrañamente morboso
como si compartieran habitación una estudiante de ESO
y una puta
Hay zapatos rosas de tacón, chanclas extraplanas, zapatillas de deporte
y botas vaqueras altísimas
reflejos de quien las calza
sin orden, sin definición aparentes
algunos pares gastados hasta romperse, otros nunca han salido del armario
desde la pared me llegan los buenos días de unos ojos azul infinito
amor en papel fotográfico
del hermano mayor
que me defiende de corruptos dueños de bar
Hay varios papeles que se han caído de páginas de internet
y de la cómoda de ikea
dobladitos como salieron del bolso, no leídos
siguen esperando
me mudo de cuarto en una semana
les he prometido que allí les voy a leer
pero son más listos que yo
y saben que eso
no va a pasar

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Es curioso cómo en ocasiones hablamos de los objetos como si significaran para nosotros que el universo. Pero es que a veces los objetos parecen tener más sentido que las personas, porque siempre están ahí, donde los dejas:
Funcionales, absurdos, hermosos, extraños; cumpliendo su función y albergando su sentido de "todo o nada".
Están, y uno los mira y acaba añadiéndoles un valor que antes de ser poseídos no existía y sin embargo ahora es parte de ellos, aunque estén metidos en una caja.
Cuando los miras te dicen algo; cuando no te dicen ya nada ¿es porque han perdido su esencia o ya no los sabes mirar?
Esto también ocurre con las personas, pero da más miedo cuando es de ellas de quien te mudas.
Aún así, y vayas donde vayas, debes llevarte los zapatos rosa de tacón y las botas altas vaqueras.
Ellas también tienen sentido para mí porque son tuyas y te figuro en tu caminar hacia adelante.
Y esos ojos azules salvaguardando y velando por ti, irán solos a buscarte donde estés, donde te mudes con tus cajas y tus fotos nuevas y recuerdos viejos.
Y yo me quedaré a leerte. Como tú acabarás haciendo con uno de esos papeles que llevabas en el bolso... Y que te empeñas en olvidar.
Ailoviu, Lula.

Lulamae dijo...

Amistosas cyberdeclaraciones de amor
pero amor al fin y al cabo
en la distancia espacio-temporal
pero amor al fin y al cabo
de distancias y de años
eres objeto de mi decoración
de cuarto en cuarto, de ciudad en ciudad y de dolor en dolor
momentos de tetería con Ryan y Frankfurther que te recuerdan que no siempre la vida es cruel
que no todo lo que una vez tuvo un sentido
debe ser vaciado del mismo
Algún libro siempre se escapa de la quema.

Nicanorparreemos!!! Nuestro yo siempre se escondía detrás de un arbusto, pero se escondía mal.
al final siempre se le encuentra.

Besos desde la Galaxia Transexual de Transilvania, querida Magenta.

Anónimo dijo...

Estaba leyendo y riendo, (son)riendo, al recordar aquellos días de caravana estática en el jardín, de viajes a sudamérica de la mano de un libro, y de risas nerviosas y complicados presagios universitarios.
Estaba pensando en las tardes de calefacción y tele en ese "piso del mundo" donde todos eran bienvenidos y de donde uno no quería salir. Recordaba los monólogos nocturnos de una insomne insolidaria y la respuesta automática de una durmiente preciosa. De una durmiente que tenía mucho que soñar y que despertaba siempre con una sonrisa en los labios, una canción en su radio y una paciencia infinita con quien era el espíritu vivo del malhumor mañanero.
He sonreído al recordar nuestras risas y nuestros llantos; La cálida voz del hermano Fran y la flauta irremediable de la hermana Sole; y el sonido de la calma o de la valentía en la voz del amigo de ojos azules que siempre tenía una palabra sensata que hacía que una se sintiera bien, o absurda, o gigante, o especial, o tan humana como el resto, o tan única como quisiera.
Las lecciones que tratábamos de darnos los unos a los otros y que sólo nos sirvieron para comprobar que no actuábamos en consecuencia.
La ronda de nuevos propósitos para el futuro que comenzaba cada febrero... cada Junio... Cada septiembre... Cada diciembre.
El recorrido de muchos años y muchos más minutos que quedarán grabados en el recuerdo y en el papel en el que a veces nos miro a todos para darme cuenta de que los pequeños momentos son los mejores... igual que los pequeños datos de un examen... Cómo la pureza de sangre del gran Cervantes y el incierto destino de la carpintería de un tal José

Lulamae dijo...

As gorgeous as usual, Mayita...

Anónimo dijo...

Maya, maya..
Siempre tan bien dicha hasta cuando no tenías razón, con esa voz firme y ese acento peculiar. Con tu busto imponente y esa belleza exterior calcada de tus entrañas. Hipocóndrica y nostálgica, fuerte y amable, fiera y dudante (!¡), ingenio puro y dolor expansible, y siempre en nuestras bocas ¿verdad Lulamae?

Te he leído y no lo he podido evitar. He llorado de pasado, de un pasado que revive a menudo. Y aún lo hago, sin que me veáis ni tú ni tú.

Estudiar estudiamos. Sobre todo a nosotros. Nos leímos, nos subrayamos, nos sintetizamos, nos hicimos esquemas, y nos memorizamos, y nos convertimos en lo que somos ahora, descontando lo que haya de ser descontado (descontadis descontandis). Y ahora somos otros con tronco común de tres, y mil raíces.

Gracias por este trocito de nosotros en palabras. Nadie nos lo quitará nunca. Porque no le dejaremos, porque sería como que nos quitaran el bazo, que nadie sabe para qué sirve pero debe estar ahí. AILOVIU BOTH.

Lulamae dijo...

Será AILOVIU BITCH, no??

Anónimo dijo...

¿Sabéis que es lo mejor de leeros en estos pequeños fragmentos de vida que dejamos en letras para recrearnos en ellas de vez en cuando? Pues lo mejor es que os leo y al mismo tiempo, si cierro los ojos, os veo. O mejor, nos veo a los tres, donde Negro solía ser uno, Maya, solía ser otra, y Lulamae se sentía un poco perdida entre su acuerdo con el uno y con el dos. Partidaria de sus amigos; o tal vez de o discutir.
Cierto es que muchas veces se reprochaba no tener disposición para situarse o de una banda o de la contraria; creía, la muy petarda, que no tenía opiniones lo suficientemente formadas o fuerza para defenderlas.
Lo divertido era ver que el otro par del tandem (en tres se dice trindem?) muchas veces discutía por deporte... Por no estudiar... porque era estupendo saberse escuchados... y Por decidir que más valía exprimir a un amigo y conocerse, que revivir los dramas románticos que cierto "Rubio" destrozaba con su teoría.
Sin embargo, pasado el tiempo y llegados a este punto hay algo que no cabe duda: tres es un número mágico y erróneamente criticado. No siempre son multitud; son un perfecto punto de apoyo, una base sólida para cualquier cosa que se pretenda construir; un número que ha hecho de las risas un arte y de los llantos un consuelo aún mayor; el ejemplo vivo de que se puede tropezar hasta tres veces con la misma piedra... Uno y luego el otro y más tarde el siguiente... y seguir vivos y seguir disculpándonos por no tomar ejemplos y no curarnos de espanto cuando las barbas del vecino vemos cortar...
Tres es el número de mi suerte durante muchos años universitarios y eso no lo olvidaré.
Porque el apéndice, dicen,no sirve para nada y el bazo (al que menta el "Negro") hasta tiene el nombre tonto... pero yo los tengo a los dos y los quiero donde están, porque los necesito... Aunque no los vea, queridos... teniendo sentido o no... Sin ellos, no sé si sabría vivir

Lulamae dijo...

¡¡Esto es la revolución!!¡¡La re-en-contra-ción!!¡¡La crepitación!!
Millones de paracaídas cayendo a la velocidad del rayo llenan de luz mis ojos a punto de extinguirse y los salvan!! Clavileños que emiten inimaginables carcajadas suprasonoras!!

Siempre sabemos reecontrarnos porque siempre nos buscamos, porque todo va bien en el fondo mientras no uno no se vea en la zanja de la indiferencia. Y cuando quiero salto de puta madre.

¡¡VIVA EL MOLE DE GUAJALOTE, CHICOS!!

Anónimo dijo...

Sin vergüenza porque no tengo, pero con pena por romper este clima maravilloso de una conversacion entre grandes amigos, me cuelo por entre los cojines sólo para decir q hola, q os leo, q me voy a mi cuarto a leer un comic, ahora q os he despojado de las mascaras virtuales y consigo identificaros-desde mi cueva no reconocia las voces-.
Un saludo para tod@s de Frankfurther

Anónimo dijo...

Frankfurther-ratonerogris, amigo desconocido (¿o no?): siempre es bueno descubrir que en todas las habitaciones hay una grieta oportuna por la que puede colarse un soplo de aire fresco...

Anónimo dijo...

Aunque en la mía ya oliera a muerto, no Maya? ^_^U (en la del Raspech, me reiero)

Anónimo dijo...

Coñito, qué desconcierto... Ratonaco, ratonero, saber quién eres yo quiero...

Anónimo dijo...

¿Abrazo desmesurado (sin frotar los pecho-rales con demasiado descoco) a mi hermanito postizo! Cuán lejos quedan los tiempos en los que amanecías haciéndome llaves de Aikido ese... Y poniéndome en jaque de buena mañana con tus desayunos paranormales en los que lo mismo daba un café con madalenas que patatas fritas con orchata...
Molabas y molas y molarás...
Forever you, my friend.

Anónimo dijo...

Ay, Maya! q recuerdos ...
Ay, Maya, juveniles desatinos.
y aún me pregunto a veces
porqué me tratan así mis intestinos;

interinos;

inquinos...

desagradecidos!

Y creo recordar q las llaves eran, Maya, cordera,
para acercarme un poco mas a tu ribera.

XD

Y sin haberlo preparado...
mi nombre te deben de haber soplado

Besakos