22 abril 2009

ENCANTADA DE ESTAR AQUÍ ARRIBA

Para el mantenimiento de mi recién alcanzado estado de armonía interior, me ha dado esta tarde el antojo de volver a ver aquel número que hizo Rufus Wainwright con la canción "Get happy" (de su adorada Judy Garland) y que he tenido la suerte (así lo considero) de ver en directo en dos ocasiones.

Me zambullo de nuevo en la red de redes para buscar unos datos sobre la diva de Rhinebeck y me encuentro con la noticia de que su última aventura musical ha sido poner música a los sonetos de Shakespeare en Berlín. Me habría encantado poder disfrutar de ese show. Porque un SHOW es lo que habría esperado encontrarme yo en semejante proyecto musical y por eso no entiendo muy bien ciertas críticas sobre el espectáculo. No voy a entrar, obviamente, en la calidad del mismo porque no estuve allí, pero sí me pregunto ¿qué esperaban encontar?¿A la Royal Shakespeare Company? ¡¡¡No!!! ¡¡¡Es Rufus Wainwright!!! Por eso me parece, no solamente acertada, sino espléndida la opinión de Richard von Weizsäcker a la salida: “no sé lo que tendrá que ver esto con los sonetos de Shakespeare, pero me hubiera encantado estar ahí arriba”.

Y entonces aún me ha dado más subidón del que ya tengo desde hace unos meses. Porque me parece una frase que podríamos aplicarnos a toda nuestra vida, a todo lo que nos rodea, a lo que nos cuestionamos, a lo que no entendemos.

Qué más dará qué sea, si nos hace desear subir al escenario.

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